Cuando necesitas financiación para tu empresa, existen básicamente tres opciones: Préstamos, Fondos Propios o Deuda Convertible. Qué es lo mejor para tu empresa depende de una serie de variables: el tamaño de tu empresa, el sector, la urgencia con que se necesitan los fondos, la fase en que se encuentra tu empresa, el importe, cómo piensas utilizarlo y cuáles son tus objetivos a corto y largo plazo.
Así podrás decidir qué te conviene más: Préstamos, Capital o Deuda Convertible. A continuación veremos cada una de las opciones, cómo funcionan y cuáles son sus pros y sus contras:
Préstamos
Los préstamos son, con diferencia, la forma más habitual de reunir capital. También son los más sencillos de entender. Pides prestada una suma de dinero y tienes que devolverla después con intereses, durante un periodo de tiempo predeterminado. Puede ser a corto o a largo plazo. La deuda suele garantizarse con los activos de la empresa, lo que lo hace un poco más complicado para las empresas sin muchos activos. El prestamista necesita algo concreto que pueda quitarte en caso de que no puedas devolver la deuda. Cuantos más activos tengas, más probabilidades tendrás de que te presten.
Los posibles prestamistas son bancos, empresas de tarjetas de crédito e instituciones financieras.
Ventajas de un préstamo
- Suele ser más rápido el proceso de pedir un préstamo que obtener capital del capital propio
- Pedir un préstamo suele ser más barato que financiarse mediante fondos propios, ya que un prestamista prestará dinero cuando el riesgo sea bajo y esté garantizado por activos.
- El prestamista no tiene ninguna participación en la empresa, por lo que ésta no responde ante él en ninguna decisión sobre su funcionamiento.
Desventajas de un préstamo
- Si la empresa no va tan bien como se esperaba, es posible que no pueda pagar el préstamo. Esto dejará a la empresa endeudada y puede llevarla a una espiral descendente.
- Mantener el pago del préstamo podría convertirse en una carga para la empresa
Una garantía personal podría poner en juego activos ajenos a la empresa - Una vez que hay problemas en el reembolso, el prestamista se preocupa por recuperar su dinero y no por lo mejor para la empresa
¿Cuándo es una buena opción un préstamo?
- Cuando buscas una cantidad de capital menor, es decir, menos de 50.000 euros
- Si quieres fondos rápidamente
- Cuando vas a comprar algo concreto, como un equipo nuevo. En este caso, proporciona los activos sobre los que se puede garantizar la deuda
Si no puedes o no quieres seguir el camino del capital y deseas mantener la propiedad y el control
Ten en cuenta también que merece la pena considerar el crédito como otra opción. Tiene la ventaja de ser mucho más rápido que el proceso de obtener un préstamo. Sin embargo, puede estar vinculado a tu crédito personal e implicar cierto riesgo personal en la ecuación. Tampoco funcionaría si no tienes un buen historial y un bajo nivel de crédito.
Capital
El capital es cuando un inversor pone dinero en una empresa a cambio de una parte de su propiedad. Se hace una evaluación de la empresa al principio y la cantidad de propiedad que obtengan en la empresa será proporcional a la cantidad de dinero que aporte el inversor. De este modo, la empresa obtiene financiación sin estar endeudada y, por tanto, no es necesario cumplir los plazos de amortización. Esto es una verdadera ventaja si la empresa no tiene ingresos fijos.
Sólo las grandes empresas pueden conseguir capital público, por lo que la empresa mediana necesita recurrir al capital privado. Éste puede conseguirse a través de inversores empresariales o Grupos de Capital Privado (GCP).
Los inversores pueden tener un grado variable de implicación en la empresa. Algunos aportarán financiación y no tendrán nada que ver con lo que haga la empresa, mientras que otros querrán tener una mayor implicación, ya que quieren asegurarse un buen rendimiento. Las inversiones realizadas en una empresa sin algún tipo de seguridad son de alto riesgo, por lo que estos inversores buscan sin duda un mayor rendimiento y pueden, a su vez, frenar los riesgos adicionales que la empresa quiera asumir.
Ventajas del capital
- No hay reembolsos programados
- Los inversores comparten el riesgo y, por tanto, están de tu parte y querrán ayudarte si la empresa tiene problemas
- Los inversores pueden añadir valor y asociarse a la empresa
Facilita la transición fuera de la empresa - Es una opción aunque la empresa no tenga muchos activos
Menor riesgo que un préstamo
Desventajas del capital
- Pérdida de control en la gestión de la empresa
- Suele ser más caro que un préstamo
- Puede tardar mucho más en conseguirse que un préstamo
- Puede ser complejo y existe el peligro de que la valoración se calcule erróneamente
- Reduce tus opciones, los inversores querrán ver crecer tu empresa
- Puede ser difícil de conseguir
¿Cuándo es el capital una buena opción?
- Si la inversión debe ser a largo plazo, por ejemplo, algunas empresas necesitan mucho tiempo para crecer antes de empezar a dar beneficios.
- Cuando no tienes muchos activos
- Si es imposible poner en marcha la empresa desde pequeños comienzos
- En el momento en que estés preparado para un gran crecimiento y para alcanzar un nivel superior en tu empresa
Ten en cuenta, hagas lo que hagas, que renunciar al capital sólo ocurre una vez y no puedes volver atrás. Así que asegúrate de que estás contento con los inversores que elijas y de que estás dispuesto a renunciar a parte de tu empresa para seguir adelante.
Deuda convertible
La deuda convertible es una mezcla de préstamo y capital en la que se pide dinero prestado y la garantía del préstamo es una acción de la empresa en lugar de un activo tangible. A menudo, el préstamo puede convertirse en la siguiente ronda de financiación. Hay muchas variaciones de esta fórmula y puede ser un acuerdo bastante complejo. Sin embargo, dada la flexibilidad, puede ser una opción muy buena en muchas situaciones diferentes.
La deuda convertible es útil en empresas de alto riesgo o que atraviesan aguas turbulentas. También puede ser una opción de financiación útil para empresas de nueva creación, cuando es demasiado pronto para determinar el valor del negocio, o cuando es probable que la empresa experimente pronto un crecimiento desorbitado y, por tanto, puedes proteger tu patrimonio neto.
En resumen
Existen 3 opciones principales para la financiación de una empresa. Son los Préstamos, los Fondos Propios o la Deuda Convertible. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes. En cualquier caso, tienes que analizar las compensaciones entre ellas y estar preparado para explicar a los inversores tu razonamiento para tomar el camino que elijas. Cuanto mejor conozcas tus opciones, en mejor posición estarás para tomar la decisión correcta. Lo más importante es que tu empresa demuestre que será capaz de rentabilizar la financiación, ya sea a través de activos o mediante el crecimiento de la empresa.
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