Puede haber muchas razones para traspasar un negocio a un nuevo propietario. Puede ser por motivos de salud, jubilación, circunstancias familiares o personales o el deseo de concentrarse en otros intereses. Sea cual sea el motivo, llegará un día en que sea el momento de traspasar la empresa familiar. Para que la empresa siga cosechando éxitos, es importante que haya una buena planificación para ese día. De hecho, no sólo es bueno para la empresa y todos los empleados implicados, sino también para el bienestar del propietario. A la mayoría de las personas que han creado su propia empresa o que han pasado buena parte de su vida dirigiendo una empresa, les gustaría que ésta siguiera prosperando. Con una buena planificación de la sucesión, la empresa tiene más valor para los nuevos propietarios y es más probable que tenga éxito.
Lo ideal es que la planificación del traspaso de la empresa comience unos tres años antes de que se produzca, para que la transición sea fluida. Aunque para la mayoría de los propietarios su empresa es su activo más valioso, pocos piensan en la planificación de la sucesión. Como resultado, menos de un tercio de las empresas familiares sobreviven a la siguiente generación de propietarios y sólo una décima parte a la generación siguiente. Planificar la sucesión empresarial es importante para mejorar estas cifras. Pero esto se pasa por alto fácilmente debido a la implicación de los propietarios en las tareas cotidianas de gestión de la empresa. Este artículo pretende ayudarte a ver las cosas que hay que tener en cuenta a la hora de planificar la transmisión de tu empresa familiar.
¿Cuáles son los objetivos?
Los principales objetivos de la mayoría de los propietarios son
- seguridad financiera,
- el éxito continuado de la empresa que permita una buena transmisión del patrimonio a la siguiente generación y
- el bienestar de los empleados leales a la empresa.
Teniendo esto en cuenta, existen varias posibilidades sobre a quién transmitir la empresa:
Un único propietario:
Es importante que el propietario evalúe si el sucesor no sólo está dispuesto a asumir la propiedad de la empresa, sino también si tiene las capacidades y la pasión por el negocio. A menudo, el propietario querrá que un hijo suyo se haga cargo del negocio, pero aunque esté dispuesto a hacerlo puede tener capacidades e intereses muy diferentes. Ten en cuenta estos tres factores: voluntad, capacidad y motivación del sucesor, antes de decidirte a traspasarlo. Si alguno de estos tres factores no está presente, es muy poco probable que la empresa tenga éxito y podría convertirse en una carga. En este caso, sería mejor considerar otras opciones, como recapitalizar o vender y transferir los fondos al patrimonio.
Múltiples propietarios:
Puede parecer una buena idea dividir la propiedad de la empresa entre varias personas, cada una de las cuales cumplirá una función distinta, operativa o no operativa. Las distintas personas tendrán talentos e intereses diferentes, lo que podría parecer una solución sana. En la práctica, con varios propietarios, esto puede causar muchas fricciones. Esto se debe a que cada uno quiere tirar en su propia dirección individual. Pueden acabar produciéndose luchas de poder, que a su vez pueden tener efectos muy negativos tanto en las familias como en los empleados, lo que finalmente puede llevar al colapso de la empresa.
Además, es habitual que haya un reparto muy desigual de la riqueza. Esto se debe a que unos participan más activamente en la empresa que otros.
Si el propietario está realmente interesado en traspasar la empresa a varios propietarios, conviene que obtenga asesoramiento profesional sobre la mejor forma de realizar esta transacción. Cada empresa y cada familia son diferentes, por lo que la sucesión debe planificarse con todo lujo de detalles. Y ten en cuenta todas las variables para encontrar una solución satisfactoria y congenial.
Sin embargo, si parece poco probable que se pueda conseguir un modelo de trabajo sostenible, entonces puede ser mejor plantearse la Venta de la Empresa y que los fondos pasen a la herencia para su distribución.
Sin sucesores:
En caso de que no haya sucesores, las opciones son la venta o la recapitalización. La venta puede hacerse a un empleado de la empresa o puede ponerse en el mercado. En cualquier caso, planifica cuidadosamente la venta de la empresa con su mejor potencial. No sólo para permitir un valor elevado, sino también para permitir su éxito en el futuro.
En resumen, la planificación de la transmisión de una empresa familiar es importante. Planifica cuidadosamente para que la empresa continúe con éxito en las generaciones futuras. Incluye objetivos claros en la planificación. Y ten en cuenta quién debe hacerse cargo de la empresa. Si hay dudas sobre la voluntad, capacidad o motivación de un sucesor, el propietario debe plantearse seriamente la recapitalización. O la venta de la empresa, en lugar de que ésta se convierta en una carga y se hunda.
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